Los bahá’ís creen que la Revelación de Dios es progresiva, por lo que todas las grandes religiones son elementos de un único proceso. Por ello, tienen una profunda creencia en la unidad de la humanidad. No tienen clero ni líderes espirituales, sino que sus asuntos son administrados por instituciones democráticamente elegidas y es responsabilidad de cada creyente apoyar el trabajo de su comunidad y promover el bienestar de toda la sociedad. Creen que la religión y ciencia son dos pilares del desarrollo y por ello defienden la espiritualidad y la racionalidad como elementos esenciales. A nivel individual cada bahá’í se centra en desarrollar cualidades —como la confiabilidad, la cooperación y la tolerancia— que son fundamentales para un orden social estable.